Curso Inap2023 Reto 1

 En la zona en la que yo vivo desgraciadamente los casos de violencia de género han ido en aumento en los últimos años. Según los datos del CIM (Centro de Información de la Mujer) de Baiona, el incremento de consultas y atenciones respecto al año 2021 es de un 24,44%. Además un 51,32% del total eran consultas directamente de víctimas de violencia de género.

Personalmente me ha impactado el alto porcentaje de mujeres jóvenes, usuarias entre 25 y 54 años, que han necesitado atención y asesoramiento. Otro dato relevante es que mujeres muy jóvenes de entre 15 y 24 años solicitan información y/o ayuda y años son atendidas anónimamente, significando un 3,90% de las asistencias. 

Estos datos nos dan una perspectiva de la cantidad de situaciones de violencia de género e indefensión que viven las mujeres en un ámbito de población relativamente pequeño, ya que hablamos de un censo de población de algo más de doce mil habitantes.

Desgraciadamente en nuestra comarca hemos sido noticia recientemente por el asesinato de tres mujeres a manos de sus parejas y/o exparejas en poco más de un año. El caso más impactante a nivel social ha sido el asesinato de Beatriz, madre de dos hijos pequeños y abogada, a manos de su exmarido, profesor de un instituto de la zona. Nunca había denunciado por no tener problemas y por eso le dejaba ver a los niños cuando quería. No fue suficiente y la mató con un hacha delante de sus hijos. Su entorno sabía que sufría violencia doméstica de tipo psicológico. 

A Soledad la asesinó su marido en casa de 20 cuchilladas. Llevaban 41 años casados y no constaban denuncias. En su entorno sabían que le daba "muy mala vida". Le tenía mucho miedo y no había denunciado por temor. Sin embargo dejó una carta en la que predijo lo que finalmente sucedió. 

El caso más reciente es el de Ana, murió asesinada por su expareja guardia civil cuando salía de trabajar. La esperó en el coche durante horas hasta que la vio salir y la disparó con una escopeta. Este asesino al verse acorralado en el monte por sus compañeros acabó suicidándose con la misma arma con la que cometió el asesinato.

Me cuestiono tras analizar estos casos, qué responsabilidad tenemos como sociedad cuando somos conocedores de una mujer, ya sea familiar, amiga, vecina, compañera de trabajo, etc. que sabemos o incluso tenemos indicios de que está sufriendo abusos o violencia y miramos hacia otro lado porque entendemos que ¿no va con nosotros?, por ¿respeto a la intimidad? o como se oye muchas veces ¿"cada pareja es un mundo"?.


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